¿Dominancia o Malentendido? Desmitificando la Teoría de la Dominancia en Perros"
10/1/20243 min read


Uno de los mitos más persistentes en el mundo del entrenamiento canino es la teoría de la dominancia, originada en estudios realizados sobre lobos en cautiverio en los años 70 por el biólogo suizo David Mech. En esos estudios, Mech observó que los lobos establecían jerarquías de dominancia en su manada, lo que llevó a la idea de que los perros, descendientes de los lobos, también organizan sus relaciones de esta manera, incluyendo su relación con los humanos.
Este concepto fue ampliamente adoptado y aplicado en el entrenamiento de perros. Se creía que los perros intentaban constantemente "dominar" a sus dueños y que, para mantener el control, las personas debían ser el "alfa". Esto dio lugar a métodos de entrenamiento basados en la sumisión, como el uso de fuerza física, castigos y técnicas como el "alpha roll", donde el perro es obligado a tumbarse sobre su espalda en señal de sumisión.
Sin embargo, años después, Mech se arrepintió de sus conclusiones iniciales y publicó estudios nuevos que demostraron que el comportamiento de los lobos en libertad es muy diferente al observado en cautiverio. En lugar de una lucha por el dominio, las manadas de lobos en estado salvaje funcionan de manera más cooperativa, siendo familias con una estructura basada en el liderazgo natural de los padres hacia sus crías, no en jerarquías de poder impuestas. A partir de estas nuevas observaciones, Mech rechazó públicamente la idea de la dominancia alfa y dejó claro que no debería aplicarse ni a lobos ni, mucho menos, a perros.
¿Por qué la Teoría de la Dominancia no Funciona en Perros?
Desmitificando la Teoría de la Dominancia en Perros"
El principal problema al aplicar la teoría de la dominancia en perros es que, aunque perros y lobos comparten un ancestro común, no son lo mismo. Los perros han evolucionado durante miles de años en convivencia con humanos, desarrollando comportamientos y necesidades muy distintas a las de los lobos. Además, los estudios sobre dominancia se basaron en lobos en cautiverio, lo que no refleja el comportamiento natural.
Aplicar esta teoría a perros genera malentendidos que resultan en entrenamientos ineficaces y dañinos. Los perros no buscan dominar a sus cuidadores; buscan cooperación y orientación clara. Utilizar métodos coercitivos basados en la dominancia puede generar miedo, ansiedad y agresión en el perro, dañando su vínculo con el cuidador. En lugar de control, el entrenamiento debería enfocarse en el refuerzo positivo, una técnica más efectiva que fomenta la confianza y fortalece el vínculo humano-animal.
¿Cuál es el futuro de la Educación Canina?
Con los avances en etología y comportamiento canino, sabemos ahora que los perros responden mejor a métodos basados en la cooperación y el refuerzo positivo. En lugar de ver al perro como un animal que busca dominar, debemos entender sus comportamientos en términos de comunicación y necesidades. Los perros buscan guía y consistencia, y si bien necesitan límites claros, estos deben ser establecidos de manera respetuosa y ética.
En conclusión, la teoría de la dominancia ha sido ampliamente desacreditada en el contexto del comportamiento canino. Entender a los perros como seres sociales, con sus propias dinámicas y necesidades emocionales, es la clave para entrenarlos de forma efectiva y para construir relaciones basadas en la confianza, no en el miedo.
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